Esta pregunta ha estado en los corazones y en los labios de millones de personas, y podemos estar seguros de que la Biblia no nos deja ninguna duda sobre la respuesta. La Palabra de Dios claramente establece que, por naturaleza, todos los hombres nacen pecadores. Por lo tanto, el hombre no puede salvarse a sí mismo, ni puede por sus propios medios ganar o trabajar su camino al cielo.
“Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21